El Feng Shui significa literalmente viento y agua.
Es la ciencia y arte de la cultura china que
estudia la forma en que la energÃa se mueve en un espacio. Mediante esta disciplina podemos lograr modificar de diferentes maneras el flujo de energÃa para conseguir que se mueva en sintonÃa con nuestro cuerpo fÃsico y mental, respetando nuestras necesidades y alcanzando el equilibrio de la persona con el espacio. El Feng Shui nos permite vivir en un ambiente de óptima armonÃa y bienestar, desarrollar plenamente nuestros proyectos y de esa manera, lograr obtener una mejor calidad de vida.
¿Cómo se logra?
Primero es necesario saber que a esta energÃa de la que tanto hablamos se la llama Qi o Chi. Este Chi mientras fluye se va modificando según las formas y la disposición del espacio. Por eso, en el estudio se debe observar todo el entorno que nos rodea: las calles, la distribución de los ambientes dentro de nuestra casa o trabajo, los jardines. Pero lo más importante a analizar es la ubicación según los puntos cardinales y los cambios del Chi en el tiempo.
El Feng Shui se puede aplicar a cualquier espacio: casas, construcción de viviendas, de locales, de edificios, jardines, lugares de trabajo, oficina y negocios.
Para implementarlo, primero estudiamos el espacio dividiendo en su centro y 8 sectores según los puntos cardinales. Analizamos cada sector, evaluamos cómo fluye la energÃa que da vida al lugar y qué efectos provoca, reconocemos e interactuamos direccionando la energÃa para ampliar las posibilidades energéticas que nos ayuden en los diferentes objetivos, necesidades y deseos de nuestras vidas.
La armonización se hace en base de la decoración existente, sutilmente, sin desentonar, siendo lo más imperceptible posible. Mediante métodos sencillos logramos cambios especÃficos que ayudan a alcanzar los deseos y objetivos propuestos. Esa fuerza energética también influye positivamente en el interior de cada uno, lo que ayuda a sentirse más seguro y pleno.
¿Cómo se logra?
Primero es necesario saber que a esta energÃa de la que tanto hablamos se la llama Qi o Chi. Este Chi mientras fluye se va modificando según las formas y la disposición del espacio. Por eso, en el estudio se debe observar todo el entorno que nos rodea: las calles, la distribución de los ambientes dentro de nuestra casa o trabajo, los jardines. Pero lo más importante a analizar es la ubicación según los puntos cardinales y los cambios del Chi en el tiempo.
El Feng Shui se puede aplicar a cualquier espacio: casas, construcción de viviendas, de locales, de edificios, jardines, lugares de trabajo, oficina y negocios.
Para implementarlo, primero estudiamos el espacio dividiendo en su centro y 8 sectores según los puntos cardinales. Analizamos cada sector, evaluamos cómo fluye la energÃa que da vida al lugar y qué efectos provoca, reconocemos e interactuamos direccionando la energÃa para ampliar las posibilidades energéticas que nos ayuden en los diferentes objetivos, necesidades y deseos de nuestras vidas.
La naturaleza de la energÃa es cÃclica y como tal puede ser calculada. Los profesionales de Feng Shui hemos aprendido a determinar los resultados basados en la influencia que la energÃa tiene sobre cada ambiente y por lo tanto, tenemos la capacidad de saber cómo aplicarlos para mejorar nuestro bienestar.
La armonización se hace en base de la decoración existente, sutilmente, sin desentonar, siendo lo más imperceptible posible. Mediante métodos sencillos logramos cambios especÃficos que ayudan a alcanzar los deseos y objetivos propuestos. Esa fuerza energética también influye positivamente en el interior de cada uno, lo que ayuda a sentirse más seguro y pleno.
Un buen Feng Shui garantiza una mejor calidad de vida.